Buenas sensaciones dejó Antigua ante Seattle Sounders en el choque de ida de la primera ronda de la Copa de Campeones de la CONCACAF.

Sin embargo, ya no basta solamente con dar chispazos, con tener la pelota. Hay que ser contundentes, pero por sobre todo, minimizar los errores.

Estos partidos se juegan a un ritmo diferente, superior al de la Liga Nacional. Seattle, a pesar de que viene saliendo de la pretemporada, le puso el pie al acelerador a ratos y mostró su superioridad.

Más allá del orden táctico, de la calidad de sus individualidades, con poco en el ataque, metió en aprietos a los nuestros.

Pero también hay que ser muy conscientes que los errores propios, en salida principalmente del equipo de Mauricio Tapia, fueron muy bien aprovechados por el adversario.

Sí, esta retroalimentación lleva un fin crítico. Pero también hay que reconocer que Antigua, en el concierto internacional, intenta en esta temporada hacer las cosas diferentes.

Tampoco se puede reducir distancias de un día para otro, principalmente cuando la billetera del rival es ampliamente superior a la nuestra.

Antigua tiene que aprender de estos errores y tratar de hacer un buen partido en los Estados Unidos sin que la ansiedad sea su principal enemigo.

Solo compitiendo en estas instancias es como se puede tener un parámetro real de nuestra realidad futbolística. No está muerto quien pelea.

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