La Liga Nacional de Fútbol de Guatemala ha dejado claro que, cuando se trata de aplicar el reglamento, lo hace según su conveniencia. En el caso Xinabajul-Huehue, la Liga impuso como fecha límite de inscripción el martes a las 18:00 horas, decisión tomada el pasado viernes. Un plazo prácticamente imposible de cumplir dadas las circunstancias.

Todo indica que el plan de los operadores y asesores de la Liga y Fedefut funcionó exactamente como lo esperaban. Reglas apresuradas, procedimientos poco claros y decisiones calculadas, más que una búsqueda por el orden, reflejan una estrategia diseñada para dejar fuera a Xinabajul.

Sin embargo, el club huehueteco no se ha quedado de brazos cruzados. Ya han anunciado su primera acción: notificar al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) por el incumplimiento del punto 3 de la resolución, que les otorgaba un plazo razonable para completar su inscripción. Y no solo eso: también han advertido con escalar el caso a la FIFA, lo cual podría generar un conflicto de mayor trascendencia internacional.

Pero eso no es todo. Xinabajul también podría activar una carta poderosa en territorio local: un amparo ante los tribunales guatemaltecos. Si un juzgado resuelve que hubo irregularidades y decide ampararlos, se abriría la posibilidad de una interferencia legal en las decisiones de la Fedefut. Y en ese escenario, no estaríamos hablando de una simple polémica… estaríamos al borde de una nueva suspensión internacional, una más para sumar a la larga lista de tropiezos del fútbol nacional.

Es momento de dejar los juegos de poder y actuar con responsabilidad. Porque si el deporte se sigue manejando con intereses y no con justicia, no solo pierde Xinabajul, pierde todo el fútbol guatemalteco.

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