En el fútbol, hay trayectorias que se miden más allá de los trofeos. Historias que se escriben con esfuerzo, disciplina y capacidad de levantarse ante la adversidad. Una de ellas es la del defensor Carlos Renato Salvador Estrada Santos, o simplemente “Chava” Estrada, un futbolista que ha hecho del sacrificio y la perseverancia su marca personal.

Su historia comenzó en 2013, cuando con apenas 16 años, el entrenador costarricense Mauricio Wright lo promovió al primer equipo de Malacateco. Wright destacó su potencia física y lo ubicó como centro delantero. Ese mismo año, el 26 de enero, debutó oficialmente en un partido ante Heredia (2-0), sustituyendo al histórico goleador Óscar Ovidio Isaúla. Días después, mientras combinaba los entrenamientos con sus estudios, concedió su primera entrevista desde el colegio donde cursaba secundaria.

Con el paso del tiempo, Chava Estrada encontró su verdadero lugar en el campo: la defensa central. Desde esa posición, se consolidó como un jugador de carácter, liderazgo y entrega. Militó en equipos como Deportivo Malacateco, Comunicaciones, Cobán Imperial, Xelajú MC y vivió una experiencia internacional en Irak, con el Al-Karkh.

DEBUT EN LA SELECCIÓN

Su oportunidad con la Selección Nacional llegó en septiembre de 2021, cuando Rafael Loredo asumió interinamente el mando tras la salida de Marvin Amarini Villatoro. Loredo apostó por jugadores fuera del radar mediático, y uno de ellos fue Estrada, quien debutó el 24 de septiembre en la victoria 2-0 de Guatemala sobre El Salvador en Estados Unidos.

Hoy, con 28 años y más de 200 partidos en Liga Nacional, Carlos Estrada vuelve a ser noticia. El defensor de Municipal ha sido convocado nuevamente a la Selección Nacional de Guatemala, donde reemplazará en la nómina a Nicolás Samayoa (un juego suspendido) para los compromisos eliminatorios ante Panamá y Surinam, los días 13 y 18 de noviembre, respectivamente, en el Estadio Manuel Felipe Carrera, la Casa Roja.

Su carrera no ha estado exenta de obstáculos: lesiones (recibidas y provocadas), cambios de equipo y momentos en los que pensó en dejar el fútbol. Sin embargo, Estrada siempre volvió. Su capacidad para reinventarse, su carácter competitivo y su temple en el juego aéreo lo convirtieron en un defensor respetado dentro y fuera del terreno de juego.

En tiempos donde el talento muchas veces se mide por la inmediatez, la historia de Carlos Estrada recuerda que la verdadera fortaleza está en no rendirse jamás.

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